El nombre surge del intenso e inconfundible aroma químico que emana desde las primeras etapas de floración, comparable al de la pintura epoxi, lo que anticipó su carácter singular y potencial destacado.
Para su desarrollo, se emplearon dos combinaciones genéticas: por un lado, el OG 324 (OG 18 x OG 18 KII) —de fuerte expresión Chem Dawg— como parental masculino en una reversión; por otro, un cruce inverso con la Sour Flash “mayonesa” como progenitor masculino. Ambos caminos dieron lugar a fenotipos con características altamente estables y homogéneas.
Epoxi se caracteriza por su estructura robusta, con gran ramificación y cogollos de notable densidad, tamaño y compacidad. Presenta tonalidades que van del índigo profundo al esmeralda y ocre, ofreciendo un espectáculo visual de alto impacto. Su altura es ideal para cultivos indoor, donde muestra una adaptabilidad sobresaliente.
El perfil aromático de Epoxi es sumamente penetrante, con notas químicas intensas reminiscentes a resina epoxi, vapores alcohólicos y un carácter animal profundo que recuerda al orín. Estas cualidades olfativas se manifiestan con fuerza a partir de la quinta semana de floración.
Sabor:
En boca, Epoxi ofrece una experiencia compleja e inusual. El sabor combina matices dulces y umami: café moka, notas herbáceas y ácidas como espárragos y moras fermentadas, y un regusto alcohólico-frutal que se mantiene largo tiempo en el paladar. Una variedad para conocedores que buscan perfiles organolépticos fuera de lo común.
